¿Cuándo acudir a un logopeda?
En todos los casos hay dos respuestas posibles, se puede acudir de forma preventiva o cuando ya hay un diagnóstico, por ejemplo es en el caso de los malos hábitos orales, como puede ser la deglución atípica o dislalias funcionales, si se acude tempranamente, no causa mal oclusiones dentales y es más sencillo corregir el patrón inadecuado.
También se debe acudir al logopeda cuando ya hay una problemática o patología, por ejemplo tras haber sufrido un Ictus y la persona tiene problemas para comunicarse o comer. Otro ejemplo puede ser cuando un niño presenta dificultades en el aprendizaje, ya sea del lenguaje oral (retraso del lenguaje), o del lenguaje escrito (dislexia). También se debe acudir a un logopeda cuando hay un diagnóstico de una enfermedad neurodegenerativa o una demencia, en el que se abordará tanto el deterioro físico como cognitivo si fuera necesario.
¿Cual es el trabajo de un logopeda?
El logopeda tiene que evaluar al paciente y luego decidir y planificar la mejor manera de apoyarle realizando un plan de tratamiento personalizado.
Para el diagnóstico, los logopedas utilizan diferentes fuentes de información, incluyendo notas médicas y los resultados de la observación del paciente, más tarde se discute el problema con el paciente estableciendo objetivos en un plan de intervención lo más adaptado al posible. Los logopedas colaboran con todas las personas que tienen contacto con el paciente o que este bajo su responsabilidad, padres, tutores, profesores, dentistas u otros profesionales.
- ¿El padre o la madre han tenido alguna alteración dental?
- ¿La aparición de los dientes cursó con algún problema?
- ¿Ha habido algún golpe o caída que pudiera causar algún problema dental?
- ¿Sus dientes están apiñados?
- ¿Lleva o debe llevar ortodoncia?
- ¿Existe algún problema en la alimentación?
- ¿Sus dientes se cierran correctamente sin dificultad?
- ¿Cuándo está en reposo su respiración la hace con la boca abierta?
- ¿Cierra la boca cuando come para masticar y tragar los alimentos?
- ¿Su respiración por la noche es muy fuerte o sonora?
- ¿Usó durante mucho tiempo el chupete?
- ¿Cuándo está comiendo ven su lengua empujando los dientes?
- ¿Tiene control del babeo?
- ¿Tiene presencia de restos de comida después de haber tragado?
- ¿Es un niño que se ha chupado el dedo, los labios, los carrillos u objetos…?
- ¿No ha empezado a hablar?
- ¿Tiene poco vocabulario?
- ¿Tiene problemas para concentrarse o estudiar?
- ¿Existe algún problema en la pronunciación de palabras?
- ¿Tiene problemas para leer y comprender lo leído?
- ¿Tiene problemas para comunicarse con los demás?
- ¿Tiene problemas para ‘’encontrar palabras’’ o realizar definiciones?
- ¿Tiene problemas en cuanto a la fluidez del habla?
- ¿Tiene una voz muy ronca?
- ¿Tiene problemas a la hora de escribir algunas letras o números?
- ¿Le cuesta redactar o enumerar ideas en un determinado orden coherente?
- ¿Tiene muchas faltas de ortografía?
- ¿Tiene dificultades en cuanto a la organización y planificación del estudio?
Si ha contestado más de seis preguntas con un “SI”, debe ir al logopeda o al ortodoncista.